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lunes, 6 de septiembre de 2010

Cuentos de Terror - Edgar Allan Poe



En la primera mitad del siglo XX Estados Unidos apenas iniciaba su historia literaria independiente. Habían existido, es cierto, precursores, pero la literatura norteamericana apenas se iniciaba con escritores de primera importancia como Emerson, Hawthrone y Longfellow, y narradores como Washington Irving y James F. Cooper, entre otros. Debían pasar aún dos años después de la muerte de Poe para que Melville escribiera su famosa novela Moby Dick.

La expansión industrial apenas se iniciaba y los gérmenes de la guerra entre el Norte y el Sur ya están presentes durante la vida de Poe. Incapaz de absorber todos estos choques de literatura en su mayor parte seguía los moldes coloniales del siglo XIII. Prosperaban las revistas y círculos literarios, pero casi todos estaban marcados por una timidez y un respeto a las normas establecidas que mataban lo poco que en ellos podía haber habido de originalidad.

En este ambiente de general mediocridad surge el genio de Poe que rompe con los moldes establecidos y se destaca sobre sus contemporáneos por el extremismo de su visión y la extrañeza de sus logros.

Poe estaba seguro de sus dotes intelectuales, pero lo cierto es que su educación fue defectuosa y que esa gran seguridad se origina por lo menos en parte en su orgullo que lo empujó a destacar ya luchar contra todas sus taras y problemas. "Me he entretenido a veces -escribe Poe- tratando de imaginar cuál sería el destino de un individuo dueño (o más bien víctima) de un intelecto superior a los de su raza. Naturalmente tendría conciencia de superioridad, y no podría impedirse (si estuviera constituido en todo lo demás como un hombre) manifestar esa conciencia... Y como sus opiniones y especulaciones diferirían ampliamente de las de toda la Humanidad, no cabe duda de que lo considerarían loco... El infierno es incapaz de inventar una tortura peor que la de ser acusado de debilidad anormal por el hecho de ser anormalmente fuerte..."
Estas líneas revelan la forma en que se sentía Poe y si no fue un ser anormalmente fuerte, sí fue un ser mas dotado que la mayoría de sus contemporáneos.

Infancia
Aunque en su vida existen aún ciertos vacíos, la crítica moderna ha hecho mucho por aclarar unos hechos que el propio Poe y sus primeras biografías vistieron de ropajes novelescos. Durante muchos años la figura de Edgar Allan Poe fue la de prototípico poeta maldito del romanticismo, sumido en el pozo negro de sus vicios y su locura y rodeada de incomprensión. Lo cierto es que Poe fue un neurótico, perseguido por deficiencias físicas, posiblemente hereditarias, pero que logró trascender estos obstáculos si no es su vida, sí en su literatura.
Edgar Allan Poe nació el 19 de enero en 809, en Boston; sus padres, actores de una compañía itinerante no muy buena que viajaba por todo Estados Unidos presentando funciones de teatro también no muy buenas. Poco después del nacimiento de Edgar, su padre muere o abandona a su familia (este es uno de los numerosos hechos oscuros que aún persisten en la biografía de Poe), y a su esposa embarazada del tercer hijo del matrimonio. Empujada por la pobreza la madre continúa con su trabajo de actriz pero pronto las privaciones, la tuberculosis y la dureza de su vida la vencen. Muere en diciembre de 1811, dejando en la indigencia más absoluta a sus tres hijos, a quienes encomienda a la buena voluntad de sus amigos y del público.

Así, Edgar tiene que vivir de la caridad desde antes de cumplir los 3 años. John Allan, un comerciante de Richmond, lo admite en su casa, probablemente a instancias de su esposa, una mujer de mediana edad, sin hijos, que se siente atraída por la gracia y precocidad del pequeño huérfano. Frances Allan pronto amó a Edgar como si fuera su propio hijo.
Entre 1815 y 1820 el matrimonio Allan se transalda a Inglaterra llevando con ellos al joven Poe. Mientras John Allan atiende sus negocios, Poe asiste a escuelas particulares donde recibe una buena educación. Después la familia regresa a Richmond, este periodo es la parte más feliz de la existencia de Poe, su salud es excelente y llevaba una vida activa y sana. Pero para 1825 empieza a tener dificultades con el hombre al que siempre consideró su padre, pero quien nunca lo quiso reconocer como hijo, John Allan.

Juventud
En 1826, a los 17 años ingresa a la Universidad de Virginia; Poe empezó a actuar como si fuera un rico caballero cuyo amoroso padre estuviera dispuesto a pagar y perdonar todos sus excesos. Además hizo su aparición una condición patológica que lo perseguiría hasta la muerte; no es que bebiera demasiado, pero una copa de ron, bastaba para hacerle perder totalmente la cabeza, y a veces necesitaba hasta varios días para recuperar la normalidad. Bebía y jugaba pródigamente, pero John Allan solo le proporcionaba el dinero necesario para cubrir sus gastos mínimos indispensables. Así que cuando el joven, probablemente embriagado, perdió una gruesa suma de dinero en el juego, John Allan no sólo se rehusó a pagar la deuda, sino que lo sacó de la Universidad.

Al regresar a casa se encuentra con que su madre ya muestra los primero síntomas de la enfermedad que la llevaría a la tumba, lo que contribuye a agravar la angustia que ya padecía el joven. Aunque la madre trata de reconciliarlos, no lo logra, y poco después de Navidad tienen un altercado que los distancia aún más. John Allan quiere hacer de Poe un abogado o un comerciante, como él; y el joven solo piensa en ser poeta. Pero no es eso todo lo que les separa, es probable que el resentimiento de Poe tuviera mucho que ver con el hecho de que hubiera descubierto que John Allan le era infiel a su amada madre.
Pero ese no era todo su viacrucis, Edgar se había enamorado de Sarah Elmira Royster, una jovencita rica de Richmond, quien le correspondía; pero sus padres la habían alejado de él con el afán de que Edgar terminara sus estudios, situación por la cual se desencadenó otra discusión y Edgar Allan Poe se marchó de su casa.

Tiempo después su madre le mando dinero y su equipaje para que viajara al norte y se consiguiera un trabajo; hasta que en Boston, gracias a la amistad de un impresor, Poe logró publicar su primer libro, Tamerlán y otros poemas (1827); por supuesto el libro no se vendió ya que los poemas eran malos y sin oficio.

En ese tiempo se enlistó en el ejercito bajo el nombre de Edgar A. Perry y estuvo ahí poco más de dos años. Poco después recibió la noticia de la muerte de Frances Allan, su madre murió sin haberse despedido de su hijo, y a él ni siquiera le quedó el consuelo de ver su cadáver. Cuando llegó al sepelio, su dolor era tan grande que perdió el sentido frente a la tumba y tuvo que ser cargado al carruaje.

De ahí se refugia con su verdadera familia, Su tía María Clemm, y por fin en diciembre de 1829 aparece Al Aaraaf, Tamerlán y poemas menores, el libro en que su genio se deja sentir por primera vez.

El año siguiente su salud empieza a resentirse, quizá debido a una trágica predisposición familiar (su hermano pronto moriría de tuberculosis y sus padres murieron de la misma enfermedad).
Con su tía María Clemm el ambiente de miseria y privación lo obliga a ganarse la vida, escribiendo cuentos, un género literario más vendible y con mayor atracción para el público, por lo tanto, mejor pagado que la poesía. A estas alturas de su vida Poe había desarrollado las dotes del poeta, la magia verbal, la facultad evocativa y de creación de atmósferas, un elevado sentido del ritmo y, en general, todas las técnicas y el oficio de un escritor sólido. Pronto pone este caudal al servicio del difícil género literario y se especializa en una de sus ramas, el cuento corto de efecto único,
transformando así un género tradicional en una especialidad literaria moderna, con sus propias reglas y características.

Logros artísticos y madurez
Sin embargo, Poe no es el único padre del cuento contemporáneo; comparte este honor con el francés Guy de Maupassant (1850-1893) y el ruso Antón Chejov (1860-1904).

Entre las fuerzas que marcan la producción madura de Poe debe incluirse una fascinación por los estados anormales y patológicos que sin duda tiene su origen en su propia salud deteriorada que puede remontarse a una fatal predisposición de familia. A partir de los 23 años su salud empeora cada vez más, lo que lo lleva a usar el opio
-en forma de láudano- como remedio, además la pobreza y los fracasos lo empujan a seguir abusando del alcohol, una droga que mitiga el hambre y la miseria, pero que en él tiene efectos fatales. Esto explicaría el uso que hace se las alucinaciones y de la hiperestesia de su producción literaria.

Sin embargo estas predisposiciones e influencias no agotan en su totalidad el arte de Poe. Saber que fue un neurótico que acabó casi en la locura no nos explica la atracción que aún ejercen sus mejores cuentos, ni nos explica la gracia casi perfecta de sus poemas más logrados. Saber todo esto y no conocer el origen de sus obsesiones sólo nos ayuda a comprender mejor su enfermedad, pero no nos dice lo bastante sobre una obra que logra dejar huellas tan profundas en el lector.

Recordar que Poe, antes de enfermo neurótico fue poeta y que a los 16 años declaró su vocación artística y la siguió hasta la muerte, sin flaquear ante obstáculos, fracasos, vicios y miserias, nos
servirá para medir la magnitud de sus logros. vivió de su pluma, a veces entre la más espantosa miseria, pero nunca flaquea su voluntad creativa, ni siquiera ante las mas duras pruebas. Basta saber el diagnóstico que han establecido médicos contemporáneos sobre las causas de su muerte para estar seguro que sus enfermedades hubieran derrotado a cualquier hombre menos poseído por la voluntad artística. Los médicos han estudiado el caso y afirman que Edgar Allan Poe murió en 1849 a consecuencia de una lesión cerebral, complicada con inflamación intestinal, debilidad cardíaca y diabetes. Para aquilatar su logros, por otro lado, basta leer sus obras.

Las obras
-El cuervo, el poema que ha atraído a generaciones de lectores sin que su encanto haya
mermado.
-La caída de la casa Usher, la cual es sin duda la creación más acabada de Poe, en este cuento se retoman temas de otros relatos: el opio, la angustia, la opresión, la hiperestesia, la enfermedad, las atracciones incestuosas y el
entierro prematuro.
-El Gato Negro
-El Tonel Amontillado

Esperamos que esta información haya despertado su curiosidad y que no se detenga aquí, sino que se sumerja en lo que importa, en la lectura de las obras de Edgar Allan Poe.




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